Ella contaba que él…
Ella contaba que él…
Ella contaba que él…
Ella contaba que él…

El hombre, el lugar, los tiempos que ruedan.

Hace ya unos años un adolescente llegaba a estos mares, encontrando un paraíso del surf, playas casi vírgenes y esa vibra de descubrir olas en una isla bendecida por la naturaleza; con diferentes tipos de vientos, mareas, pero siempre una ola en alguno de sus recodos o “cantinhos”. Hoy después de unas cuantas décadas se instala para estar más cerca de ellas durante el invierno, tal vez siempre la mejor época para un amante del surf.
Con mujer, perros y una separación ya olvidada y otra con su tierra que aún no está dispuesto a realizar. Las cosas han cambiado mucho, la cultura del lugar ha modernizado sus costumbres, llegar al point sigue siendo un viaje pero se le suman los engarrafamientos y los crowns. La ola sigue estando; el mar tan virgen, tan claro, tan fuerte y potente como siempre atraerá a ese adolescente que lleva en su corazón, tal vez desde ese lugar le hable a sus hijos codificados en un aprendiz de surfista, o sea la razón para volver a su casa en la isla.
Las vivencias que le marcan los sueños reviven en él al entrar al mar, correr esa ola hoy y sentirse como ayer, dispuesto a mantenerlo al amanecer. Los cambios no parecen tan significativos pero los siente. Este sigue siendo un surfista concretando sueños, aunque le hayan copado la isla los shoppings, el tráfico lerdo y la millonada de turistas… la ola está, aún hay un sueño que vive y respira en cada ola que quiebra. Seguirá siendo el que procura el mar.

Fotografías:
1. Praia da Lagoinha, Florianópolis por Ueshen.
2. Playa de Florianópolis por Eric S.
3. Surfers en Florianópolis por Eric S.
4. Praia Mole por Ueshen.