Guardavidas voluntarios de Santa Teresa de Costa Rica
Guardavidas voluntarios de Santa Teresa de Costa Rica
Guardavidas voluntarios de Santa Teresa de Costa Rica
Guardavidas voluntarios de Santa Teresa de Costa Rica
Guardavidas voluntarios de Santa Teresa de Costa Rica
Guardavidas voluntarios de Santa Teresa de Costa Rica

Maneras de viajar hay miles, pero una que se destaca es la de «voluntario»; si te gusta la aventura, o son tus primeros viajes, tal vez buscas aprender algo completamente diferente a lo habitual, vivir una experiencia relacionada a lo que amas pero en otro país en otro contexto social, si tienes algún valor que aporte a la sociedad o si ni más ni menos estás buscándote. Voluntariar es una experiencia por la cual se recomienda pasar al menos una vez en la vida, ya sea como cocinero en un comedor, recepcionista de un hostel, reforestando áreas naturales, ayudando a animales en un refugio o como el caso que contaremos, siendo parte del programa de Guardavidas de Santa Teresa de Costa Rica.

La profesión de guardavidas en casi todos los países es estacional, una vez que termina la temporada de verano todos vuelven a su segundo trabajo, algunos a las escuelas a ser profesores, puede que a la piscina a entrenar nadadores o agarran la mochila y emprenden ruta en busca de otro verano. En Santa Teresa, la playa no cierra en todo el año, el clima es agradable, la temperatura del agua también y las olas no paran, se ponen aún más violentas y peligrosas durante la estación lluviosa cuando el número de bañistas baja pero el de los surfistas aumenta, los ríos que desembocan al mar ayudan a formar corrientes de retorno por lo cual al final de cuentas todo el año los guardavidas están en servicio.

El mar del Pacífico posee gran fuerza por el movimiento de sus masas de agua, las marejadas, las corrientes marinas y tanto para un bañista desprevenido como para un gran surfista puede resultar fatal. Desde allí nace la necesidad de formar un grupo de guardavidas voluntarios, debido a repetidas situaciones de ahogamiento y accidentes en el agua es que surfistas y guardavidas unen fuerzas y comienzan a cubrir la playa los fines de semana, luego consiguen torres de vigilancia, se suman elementos, más personas que quieren ayudar, más playas que se logran cubrir. Hoy en día el programa cuenta con una casa central que alberga grupos rotativos de 12 guardavidas voluntarios de diferentes partes del mundo, quienes llegan para prestar sus servicios a cambio de alojamiento, comidas, entrenamiento, capacitación, intercambio de métodos de trabajo y la posibilidad de conocer un nuevo lugar a través de esta experiencia viajera.

La idea surge en el 2014 cuando Santa Teresa en ese entonces, no tan grande ni tan poblada como ahora, ya era conocida por sus playas paradisíacas y por sus condiciones para surfear durante todo el año. Thomas, un surfista, navegante y amante del mar quien eligió este lugar para su hogar, ha sido uno de los fundadores honorarios del programa aportando junto a su familia la casa y el gimnasio de los guardavidas, también hubo surfistas locales, viajeros temporales, residentes y personas como Matías, guardavida argentino, capitán y guía de equipos del programa por muchos años, que pusieron su tiempo y pasión para que las playas sean seguras. Ser guardavidas es una profesión en la cual sus miembros no pueden ser indiferentes a lo que pasa en el agua, se comprometen con la vida, tienen un gran respeto por la naturaleza, entendiendo que el ser humano es muy frágil ante tanto poder, pero que desde una torre o un mangrullo una persona hace la diferencia.

El programa ha ido cambiando, modificándose y evolucionando. Se redujo el número de accidentes y ahogamientos durante el servicio de las guardias y se realiza una cobertura diaria de 10 horas todos los días del año, esto gracias a que se reciben guardavidas de todas partes del mundo como Estados Unidos, Australia, España, Brasil, Uruguay, Argentina, Polonia, Francia, Inglaterra, Italia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y se espera sumar más profesionales, apostando a la divulgación por redes sociales e internet. También imparten cursos de RCP abiertos a la comunidad, de rescates para surfistas como el 24/7, y durante el 2023 se realizó la primera escuela de guardavidas para formar de manera local a futuros profesionales, sumarlos al equipo y poder cubrir más playas.

Cuando piensas en visitar Costa Rica te imaginas sus áreas naturales con sus ríos y cascadas, los manglares, sus olas y playas, pero pocos saben que en la mayor parte de ellas no se cuenta con servicio de guardavidas, finalizando muchos paseos y vacaciones en momentos trágicos. Así es que estas iniciativas ciudadanas se ven también en otros lugares, debido a que sólo 5 playas de todas las del país reciben subvenciones o aportes por parte del estado y Santa Teresa no es una de ellas. Son grupos civiles que surgen por la necesidad de evitar ahogamientos y terminan replicándose hasta llegar a países vecinos, como en el caso de Nicaragua donde encontramos ejemplos similares.

El gimnasio de los guardavidas de Santa Teresa, abierto a todo público, está muy bien equipado y sirve como solvento para los gatos del programa, también reciben donaciones privadas y de la comunidad o visitantes, como han sido las radios, vehículos de transporte, equipo de salvamento y de primeros auxilios. Gracias a todo esto el programa crece y pueden poner nuevas metas, como brindar más capacitaciones, refaccionar la casa, la alimentación a los guardavidas voluntarios y proyectar apertura de nuevas torres. Suelen hacer también eventos sociales, como cenas, muestras de arte, campeonatos de surf, capacitaciones de salvataje, que además de solventar económicamente, dan a conocer el programa.

Ser guardavidas es una profesión que se disfruta por el contacto con el agua y este mar pacífico tiene mucho para ofrecer, por enseñar. Las corrientes cambian moviendo los bancos de arena y los canales, las piedras se tapan y se destapan, los ciclos lunares que generan mareas extraordinarias pueden cubrir toda la playa o crear una extensión de 200 metros de costa hasta el mar. Por eso quien sabe leer el mar entiende que cada acción cuenta para salvar una vida, no es solo acudir al momento de emergencia o cuando la persona se está ahogando, parte de ser guardavidas es brindar la explicación acertada para que el bañista reconozca una corriente de retorno, identifique un lugar peligroso donde no nadar y termine llevando a casa los mejores recuerdos de sus vacaciones.

AMOR, RESPETO Y VALOR

Es el lema de los guardavidas de Santa Teresa.
Amor por a la profesión, la vida, los compañeros.
Respeto al mar, a la naturaleza, a las personas que cuidan.
Valor para enfrentar cada situación, el que se le da a la vida y al labor que se hace.

Quien realiza voluntariados va en busca de aquello que lo haga sentir útil, donde aporte sus conocimientos para un bien común, es también aquella una filosofía de vida que comparte el guardavidas viajero que al llegar a una casa, con rostros nuevos, gente que habla diferentes idiomas, aun así logra encontrar ese sentir de igualdad, nadie es más ni menos que otro, todos son necesarios para la labor, cada eslabón cuenta, cada compañero cuenta para salvar una vida. El trabajo en equipo es fundamental, la camaradería y el saber que se puede contar con un otro.

Los martes y jueves antes de las guardias los guardavidas de Santa Teresa entrenan frente a la torre de Zeneidas. Este entrenamiento es abierto a todo público y puede ir variando desde lo físico a técnicas y manejo de elementos de rescate o maniobras de rcp. La idea es compartir conocimiento sobre metodologías de trabajo de cada país y mantenerse activo conociéndose entre los compañeros en el agua.

Este video fue creado por @romainpixeljourney guardavidas francés voluntario del programa. Hay quienes aportan con capacitaciones, contenido en redes sociales, llevando flyers y las historias de sus experiencias a casa, la motivación se contagia.

Se invita a los guardavidas a vivir esta experiencia e intercambiar aprendizajes, más aún si surfeas o eres amante de las olas, viviendo a unos pasos del mar, pueden llevarse grandes vivencias en el pacífico, aprender a descifrarlo, admirar su fuerza y vida al nadar en sus aguas. El contacto con la naturaleza aquí es sorprendente, desde una ardilla que visita un árbol vecino, una tortuga desovando, sus crías corriendo al mar, las aves y sus cantos avisando las lluvias, los pelícanos planeando por las crestas de las olas y hasta se avistan desde la torre las ballenas saltando.

¿Hacia dónde va el programa?
Alice, su actual coordinadora administrativa quien comienza como voluntaria en el gimnasio, nativa de Letonia, luego de haber hecho otros voluntariados termina abrazando este proyecto hace ya unos años; ella nos responde:
– La idea es dar a conocer Santa Teresa Lifeguards en nuevos países, así llegar a más guardavidas y recibir su aporte. Ser motivación para otros, sede de eventos competitivos y generar más capacitaciones.

¿Qué se necesita para postularse?
Melisa, su actual capitana y embajadora del programa nos cuenta:
– Lo primordial es estar dispuesto a ayudar a la comunidad. Como requisito hay que tener titulación de Guardavidas de mar y experiencia previa en playas. Estar en buena condición física y activo.
Ella comenzó como voluntaria y su visión y empuje para generar cambios positivos en el programa y la comunidad la convirtieron en una gran líder que se nota en el arribo de nuevos guardavidas, que a su vez recomiendan a otros y así se espera que continúe esparciendose el espíritu del programa.

Para más información o para saber cómo aportar a través de donaciones los invitamos a pasar por su página oficial www.santateresalifeguards.org también se los puede seguir por redes sociales @santateresalifeguards para estar actualizados a las próximas novedades.

Muchos guardavidas se vuelven esos mochileros que viajan con un silbato, una malla roja, unas aletas y antiparras, ropa deportiva y un botiquín, unos locos lindos que andan por ahí disfrazados de civiles. Cuántas vidas han salvado y cuantas seguirán salvando. Respeto y agradecimiento para todos ellos y que las buenas corrientes los acompañen.

¡Sal a voluntariar de guardavidas!
Ueshen te acompaña

Fotografías:
1. Equipo de Santa Teresa Lifeguards con los primeros graduados de la escuela de salvamento por  Nico Lopez.
2. Entrenamiento técnico en Zeneidas por  PashaStudio.
3. Entrenamiento físico un martes por la mañana por  PashaStudio.
4. La Capitana Melisa Garrone en el saludo final del entrenamiento por  PashaStudio.
5. Guardavidas rumbo a señalizar una corriente peligrosa por  Camila Molina.
6. 8. Gimnasio de los guardavidas en pleno funcionamiento por  Camila Molina.
7. Thomas Richie tomando una ola en su lugar favorito por Nick Knapper.

Dejanos tus comentarios, cuenta tu experiencia, te leemos.